Cuando planteamos un plano de animación no tenemos que perder de vista cual es la esencia primordial en nuestro trabajo como animadores. Si analizamos la etimología de la palabra «Animación», veremos que viene del latín «Ánima» que quiere decir Alma. Animar no es dar vida a un personaje. Una planta tiene vida pero no tiene alma. La animación consiste en dotar de alma a un personaje, crear la ilusión al espectador que nuestro personaje piensa y sobre todo, conseguir transmitir lo que siente en cada momento. El error más común que suelo encontrar en los test de animación de la gente que empieza, es que le dan un tremendo protagonismo a la acción del personaje y a los principios de la animación por encima de lo que realmente importa, que es dotar al personaje de alma. Hay una gran preocupación por los arcos, por marcar bien las anticipaciones o por dar una buena sensación de peso. Sin embargo, los planos suelen estar vacíos de contenido y los personajes huecos. Siempre que un personaje realiza la acción, tiene un motivo para realizarla y una forma de afrontarla según su forma de ser. Antes de plantear cualquier test, por sencillo que sea, plantéate cómo es tu personaje, que motivos le llevan a realizar la acción que le ocupa en el plano y que consecuencias trae que lo consiga o no. Estarás en el camino de aprender verdaderamente lo que es la animación. Verás que a la vez que ejercitas los principios de la animación tus test de animación tendrán verdadero interés, serán originales y tus personajes serán de carne y hueso. Voy a mostrarte a continuación un fragmento de la película Toy Story 1. De cada uno de los planos he elegido aquellos fotogramas que cuentan como son los personajes, que piensan y que sienten. El resto de los fotogramas los he omitido. No veréis arcos, acciones secundarias, siluetas, squash-stretch, solo veréis pensamientos y emociones, animación en estado puro… That’s animation!